Una madre nos escribe desesperada con esta frase al iniciar la carta
No se desespere, al revés llénese de esperanza, porque SÍ se puede modificar los malos hábitos de todo adolescente. Cuesta¡ como todo lo importante en la vida. Pero se puede y tienes cientos de ejemplos.
Como bien sabe la adolescencia es un periodo comprometido y difícil en la vida de los chicos y de la familia. Su mal comportamiento, su rebeldía o su apatía es muchas veces una muy mala forma de decir: socorro, ayúdame¡ El tema de la drogadicción es un tema aparte. Es una adicción convertida en enfermedad grave contraída voluntariamente y que para salir de ella NECESITA su hija QUERER salir de ella.
Sin esta condición, sin su deseo de SALIR, es imposible salir.
Le recomendamos ponerse en contacto con la Fundación Proyecto Hombre www.proyectohombre.es Su hija no debería estar en la calle todo el día sin hacer nada, póngase en contacto con su parroquia y le ofrecerán cursos o campamentos.
Pero además la Fundación Belén propone a las madres, como apoyo emocional, iniciar una nueva fórmula de comunicación gestual afectiva.
Empezar la primera semana dándole a su hija diariamente un abrazo sorpresivo por la espalda en silencio, cuando no se lo espere, rápido e intenso.
La segunda semana dele dos abrazos, mañana y tarde. Siempre sorpresivo y en silencio.
La tercera semana decirle al tiempo una frase cariñosa: «cuanto te quiero¡», «que bien te sienta esta camiseta», «que alegría verte¡¡¡»…
La cuarta semana pedirle además su parecer al tiempo del abrazo: ¿qué te apetece cenar hoy? ¿quieres que veamos juntas el partido?
Es muy importante que su hija perciba todo lo mucho que la quieres y lo mucho que le importan sus acciones, ideas y opiniones. Su hija necesita su admiración para crecer en autoestima. Y necesita también pasarlo bien con Usted, hacer excursiones juntas, cenar a diario juntas con la televisión apagada, y si puede ser habiendo cocinado juntas los alimentos, mucho mejor.
Su hija necesita divertirse con Usted para poder salir del aislamiento artificial en que la droga le ha envuelto. Decían los clásicos griegos: «quiéreme cuando menos lo merezco, porque es cuando más lo necesito» y la moderna psicología abunda en esta idea: el amor todo lo cura, el amor es la mejor medicina familiar.